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27-11-2010 | Nereida López Vidales
La revolución de los lápices

La revolución de los lápices

El grafeno, el último descubrimiento en materiales tecnológicos, fue galardonado con el Premio Nobel de Física. De hecho, el premio lo recibieron sus descubridores en 2004, Andre Geim y Kostya Novoselov. Este material es una composición uniforme del carbono que permitirá obtener dispositivos más pequeños, ligeros, flexibles y de mayor capacidad, incluso pueden llegar a ser enrollables.

Otra de las grandes ventajas del grafeno es la facilidad de su obtención, ya que se extrae del grafito, del que hay grandes cantidades. Hasta ahora el material del futuro estaba en los lápices y sus descubridores lo obtuvieron pegando celofán sobre minas de grafito. Al observar la composición de la capa de átomos arrancada, se dieron cuenta de que era un material con unas propiedades óptimas para funcionar como conductor.

El grafeno permitirá una conectividad total, puede funcionar como pantalla, al ser trasparente, o como procesador, ya que tiene 100 veces más capacidad de conducción que el silicio. Permitirá enrollarlo, plegarlo, es tan duro como el diamante, y será muy ligero, ya que sólo tiene un átomo de grosor.

No se trata de un espejismo o una utopía tecnológica. Samsung ya está trabajando conjuntamente con una universidad de Corea del Norte para diseñar y comercializar para el año que viene las primeras pantallas enrollables. Existen prototipos de transistores en IBM o la universidad de Los Ángeles que llegan a alcanzar los 300GHz, cuando un ordenador de casa convencional tiene escasamente 3GHz.

Para muchos científicos se trata del material del futuro, que permitirá un salto cualitativo sin precedentes en muchas aplicaciones tecnológicas. Su desarrollo depende de cuanto dinero se invierta en su estudio, aunque las grandes compañías del sector ya se han volcado, y prevén que inunde los mercados con productos derivados en cuanto los precios comiencen a ser competitivos.

Post by: Jonathan González